La Formación Profesional para empleo se desarrolla en un marco de excelencia, apostando por la calidad formativa y generando un modelo que inyecta valor a las empresas y a los trabajadores, facilitando su competitividad en un mercado laboral cada vez más exigente.

La Formación Profesional para el empleo tiene en la actualidad una calidad extraordinaria. Está consolidado el sistema único de Formación Profesional impulsado por el Ministerio de Educación y Formación Profesional (MEFP), que integra la FP del sistema educativo y la FP para el empleo en un solo modelo al servicio de estudiantes y trabajadores empleados o desempleados.

Se ha logrado la modernización y consolidación del sistema de Formación Profesional de manera que responda a las necesidades de nuestra economía y al cambio de modelo productivo.

Estos hitos se han obtenido gracias al refuerzo de la necesaria e imprescindible relación de los centros de Formación Profesional y los centros de trabajo de su entorno.

Es un sistema flexible y accesible que se caracteriza por favorecer la inclusión y que responde a las demandas de Formación Profesional de la ciudadanía. La educación es un derecho fundamental que debe estar al alcance de cualquier persona, independientemente de sus capacidades o circunstancias personales.

Nadie puede quedar atrás. Esta es una de las principales banderas que ondea en el modelo actual de la Formación Profesional para el empleo y al respecto se están consiguiendo importantes resultados.

Uno de los objetivos más destacados de la Formación Profesional es dar respuesta a las demandas del mercado laboral. El modelo de Formación Profesional para el empleo se sustenta en la participación, la corresponsabilidad pública y privada, la estrecha vinculación entre los centros de formación y las empresas, la conexión de la oferta con la realidad laboral, la innovación, la investigación aplicada o el emprendimiento.

La Formación Profesional para el empleo permite la actualización continua de las competencias profesionales y trata de hacer frente al desequilibrio entre el nivel de formación y las necesidades del mercado laboral.

Cabe recordar que en 2025 el cincuenta por ciento de los trabajos requerirán un nivel de cualificación media y solo el 16 por ciento un nivel bajo.

El modelo actual agiliza el sistema de acreditación de competencias profesionales adquiridas mediante la experiencia laboral y vías no formales de formación, de manera que en este momento la Formación Profesional para el empleo es una vía inmejorable y universal para la cualificación y recualificación de las personas.

De hecho, el modelo de Formación Profesional para el empleo supone una oportunidad para arraigar a personas migrantes ya que se centra en garantizar el acceso de los colectivos vulnerables a una educación de calidad.

En el Congreso se abordarán los retos que tiene la formación profesional para su transformación organizativa, metodológica y digital y se pondrán de manifiesto las oportunidades que ofrece la acreditación de competencias profesionales.

Todas estas realidades se expondrán de la mano de expertos nacionales e internacionales, líderes y profesionales del ámbito.